Ni Emaná, ni Apoño, ni Ricardo. Ninguno de estos futbolistas fueron los protagonistas destacados en el último Betis-Málaga disputado en el mes de enero de 2009. Todos estos futbolistas tuvieron su parte destacada durante el partido, sin embargo, el que de verdad destacó fue el trencilla del encuentro, Turienzo Álvarez, que con su actuación desniveló en demasía el partido hacia el bando malaguista.
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| Emaná después de su expulsión |
El árbitro vasco comenzó su actuación señalando un penalti, muy dudoso, hecho entre Nelson y Juanito al ahora bético Nacho, curiosidades del fútbol. Un penalti muy protestado por todos los jugadores verdiblancos y que ya iba sembrando las iras de los aficionados béticos. La pena máxima la transformó Apoño batiendo a un Ricardo que rozó la pelota.
Seis minutos después del penalti, segundo acto de la obra de Turienzo. Dura entrada de Melli a Apoño que el árbitro condenó con la roja directa, cuando lo más lógico es que fuera de amarilla. Esta vez, además de la grada, quien se estaba calentando más fue Emaná, que anotó el gol del empate del Betis, pero que en la segunda parte sería el actor principal del desenlace de la gran actuación del árbitro vasco. El camerunés cortó una jugada de ataque malaguista con falta, y el árbitro decidió mostrarle tarjeta amarilla lo que suponía su expulsión del encuentro. Emaná ya no estaba caliente, era una auténtica bomba de relojería a punto de estallar. Tuvo que ser obligado a abandonar el terreno de juego. Esta expulsión dejó al equipo de Chaparro con nueve jugadores, lo que aprovechó Eliseu para rematar el partido en el minuto 96.
Al término del encuentro, Turienzo abandonó el estadio entre una sonora pitada y muchos abucheos por parte de los aficionados verdiblancos. El sábado arbitra Tixeira Vitienes. Esperemos que no se le recuerde mucho por el Villamarín y los protagonistas sean los futbolistas
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